Herramientas para la Vida
¿Demasiadas Distracciones?

¿Demasiadas Distracciones?

“En el futuro, habrá dos tipos de personas: Aquellas que permiten que su atención y su vida sea controlada por otros y aquellas que no”
Nir Eyal
 
Comencemos clarificando algunos preceptos básicos:
  • Tracción, es la acción que nos mueve hacia lo que verdaderamente queremos y nos acerca a la persona que deseamos ser.
  • Distracción, es todo aquello que nos aleja de lo que queremos y nos aleja de la persona que deseamos ser.
  • Es fundamental utilizar nuestros Valores para definir ese camino y ese lugar al que queremos llegar; a través de esos valores hay que definir qué persona queremos llegar a ser.
  • El desvío del uso original de nuestro tiempo y atención (un distractor) sólo existe cuando sabemos de qué nos está distrayendo; es decir, sin un plan original, no puede haber distracción.
 
Nir Eyal nos ofrece un modelo de cuatro áreas para manejar las distracciones. Éste consiste en el reconocimiento de los detonantes internos, los detonantes externos, el planear tiempo para “tracción” y por último plantea herramientas para evitar los múltiples distractores externos. Dentro de los últimos capítulos encontramos temas dedicados al lugar de trabajo, a ideas para ayudar a niñas, niños y adolescentes en nuestras familias y finalmente maneras de mejorar nuestras relaciones.
 
Las primeras pistas que el autor nos da para ser in-dis-traccionables (concepto acuñado por el mismo autor) son:
  • El mejor antídoto ante la impulsividad es la planeación y la previsión. Estas acciones garantizan seguir con el plan original y
  • Para vivir la vida que deseamos se requiere no solo hacer las cosas “correctas”, sino también dejar de hacer las cosas “incorrectas”; aquellas que nos desvían de nuestro camino.
 
Todos nuestros comportamientos tienen una raíz; una causa original ya sea Interna o Externa. Con esta idea el autor nos invita, como un primer paso, a reconocer las distracciones internas y nos ofrece algunas herramientas para su manejo.
Éste es uno de los puntos más interesantes del libro, ya que invita a la reflexión honesta y profunda para entender que, aunque hemos sido condicionados durante años para buscar la gratificación instantánea, si hacemos una reflexión profunda e identificamos la causa de nuestras distracciones internas, podemos cambiar nuestra realidad.
La gratificación instantánea, es un tema bastante estudiado conocido como ‘impulso cognitivo inmediato o indulgencia anticipada’ (present bias) por los científicos conductuales. Por otro lado, Zygmunt Bauman en su libro “Amor Líquido” estudió su impacto sobre las relaciones humanas, donde ofrece varias formas para sobreponerse a la misma.
La experiencia que tenemos con equipos corporativos que procuran Responsabilidad Social hacia el interior de su empresa a través del desarrollo de la Inteligencia Emocional, nos ha enseñado que sí es posible hacer un cambio conductual. Esto no es una tarea sencilla, porque requiere de trabajo y/o acompañamiento constante, pero sí es lograble.
Es por esto que les compartiremos las ideas que pueden enfocar el esfuerzo de las personas hacia un trabajo integral con los distractores internos.
 
Algunos planteamientos que nos comparte el autor sobre los Detonantes Internos:
      • A nivel interno nuestra motivación nace para liberarnos de alguna incomodidad; para liberarnos del sufrimiento que nos provocan nuestros deseos aun cuando creamos que lo que hacemos es buscar placer.
      • Por supuesto este no es un tema nuevo y a pesar de que el Budismo desde hace más de dos milenios planteaba algo similar al exponer sus Cuatro Nobles Verdades ofreciendo una vía para terminar con el sufrimiento a través del Camino de los Ocho Pasos, la humanidad seguimos batallando con nuestros detonantes internos. Sigamos explorándolos:
      • Si no identificamos y actuamos sobre las causas originales (de nuestra motivación) nos quedaremos siendo víctimas indefensas de una tragedia creada por nosotros mismos.
      • Cualquier distracción es entonces una forma malsana de escapar de la realidad, aunque no se quiera reconocer.
      • Sólo entendiendo nuestro sufrimiento podemos comenzar a controlarlo y encontrar mejores maneras para atender nuestros impulsos negativos.
      • Las distracciones son sólo otro mecanismo que nuestro cerebro usa para lidiar con el sufrimiento. Si se acepta este hecho, entonces será fácil entender que la única forma de manejar las distracciones es aprender a manejar la incomodidad.
      • La evolución humana nos ha dado un cerebro que está en un casi-constante estado de descontento, por lo que placer y satisfacción son sólo estados pasajeros. Así, el manejo del tiempo se puede entender como un manejo del sufrimiento.
      • Hay cuatro factores psicológicos que hacen la satisfacción pasajera: aburrimiento (esfuerzo constante para evitarlo), sesgo negativo (eventos negativos son más notables y recordables), rumear (recordar constantemente vivencias negativas) y adaptación hedónica (regreso rápido a una línea base de satisfacción sin importar lo bueno que nos suceda).
 
Es a partir de esto que Nir Eyal nos comparte unas herramientas, que se basan en técnicas terapéuticas de “Aceptación y Compromiso” y que tienen una amplia similitud con las técnicas de mindfulness y como mencionamos anteriormente, las raíces de todas ellas se sitúan en la meditación ancestral. Las herramientas han estado ahí por milenios, pero ¿Cómo aterrizarlas en nuestra vida cotidiana?
      • El primer paso es no tratar de suprimir el impulso (detonante interno) pues puede tener efectos negativos haciéndolo aún más recurrente al igual que su recompensa más buscada. Perpetuando así ciclos de comportamientos que nos sacan de nuestro camino.
      •  Ciertos impulsos pueden ser modulados e incluso eliminados si aprendemos a pensar de manera distinta y para ello, exploraremos tres áreas:
›  Su disparador interno, que veremos más adelante
›  La tarea a completar, la cual se puede hacer más interesante si:
a) encontramos una manera divertida de hacerla,
b) ponemos limitantes que nos obliguen a centrar toda nuestra atención (reducir tiempo para lograrla, por ejemplo) y
c) observamos desde una curiosidad absoluta para aprender más de ella buscando una maestría.
›  Nuestra forma de ser: Lo que nos contamos de nosotros mismos lo hacemos realidad. Por eso, es mejor no dudar de nuestra capacidad para el logro y saber que la fuerza de voluntad es inagotable y recordando ser autocompasivos.
 
Con respecto al Disparador Interno, el autor nos recuerda que no podemos controlar emociones y pensamientos que aparecen en nosotros, pero sí podemos controlar qué hacer con ellos. Estas mismas acciones que se aplican en terapias para dejar de fumar se puede aplicar para todas las demás distracciones e impulsos que nos alejan de la persona que queremos ser, como son: revisar nuestros teléfonos y sus múltiples aplicaciones de manera constante, comer comida poco saludable, navegar incesantemente en internet, comprar excesivamente y/o cualquier otro impulso que esté interrumpiendo nuestro camino; nuestra tracción.
 
Existen cuatro pasos para manejar los pensamientos intrusivos:
1. Encuentra el detonante interno (emoción, malestar o pensamiento) que precede el comportamiento no deseado (la distracción). Este puede ser ansiedad, deseo, inquietud, pensamientos de incompetencia, etc. Recuerda que pueden ser muy sutiles y habrá que poner mucha atención. Estamos muy acostumbrados a no ver la causa de nuestros detonantes internos. Aquí el reto es lograr una reflexión honesta para poder avanzar.
 
2. Escribe ese detonante interno. Para poder lograr un cambio es mejor registrarlo en el momento en que sucede pues de otra manera es fácil olvidar lo que ocurría en ese momento. Por supuesto es mucho más fácil identificar a los detonantes externos, pero con práctica se puede ir acotando y mejorando esta habilidad para verdaderamente encontrar la motivación interior que nos resta tracción.
 Una pequeña tabla como la que se muestra al final puede funcionar.
 
3. Explora tus sensaciones. ¿Qué es lo que pasa en tu cuerpo a raíz de esa emoción o pensamiento? ¿Un vacío en el estómago? ¿Un movimiento de tu pierna? ¿Un dolor en el pecho? Y ahora, explora qué es lo que sucede cuando esa emoción se incrementa y cuando esa emoción disminuye.
En este punto se pueden utilizar técnicas de meditación y mindfulness que conozcas y te hayan funcionado anteriormente. El autor también recomienda la técnica de Hojas en el Arroyo que es muy similar a la de observar tu respiración mientras exhalas tus pensamientos:
Cuando sientas el malestar del detonante interno para hacer algo que prefieres no hacer realmente, imagina estar al lado de un arroyo en donde corre el agua suavemente. Ahora imagina que hay hojas flotando en ese arroyo y coloca cada pensamiento que llegue a ti (palabra, recuerdo, preocupación, etc.) en una hoja y permite que se las lleve el agua mientras tú solamente observas.
 
4.  Sé consciente de los momentos de transición (liminalidad). Esos momentos en los cuales estas caminando de un cuarto a otro y tomaste tu teléfono y ya no lo pudiste dejar. O abriste una nueva ventana del navegador mientras esperabas una llamada y sigues explorando aún durante la llamada. O te metiste a Facebook en lo que comenzaba la junta y lo sigues haciendo durante la misma. O sólo revisas un correo en lo que retomas las ganas para trabajar y te quedas explorando correos un largo rato. Esas acciones que sólo iban a tomar un minuto, se convirtieron en un distractor de mucho tiempo que trae como consecuencia una desviación en tu camino y por lo tanto, un arrepentimiento posterior. Recuerda que si no tienes claro tu camino, nunca tendrás ninguna distracción.
El autor sugiere la técnica de Los 10 Minutos, en la cual si te encuentras queriendo ver tu teléfono y usarlo sólo como un tranquilizador (un chupón) o cuando no puedes pensar en algo mejor que hacer, recuérdate que no hay problema en hacerlo, sólo que no lo harás en este momento sino dentro de 10 minutos. Con esta técnica se “surfea el impulso” sin intentar deshacerte de él y sin ceder al mismo. Esto es también útil para cuando quieres buscar algo en internet, comer una cosa poco saludable o simplemente revisar tu red social favorita, así puedes manejar de mejor manera tus distracciones sin recriminaciones.
 
 
El libro continúa ofreciendo diversas técnicas, herramientas y ejemplos para:
      • Manejar las distracciones externas (¿Esta notificación de mi teléfono me sirve a mí o yo le sirvo a la notificación?),
      • Agendar tiempo para la tracción (convirtiendo tus valores en tiempo para avanzar en tu camino dedicando espacios de tiempo específico para seguir impulsando la persona que quieres ser),
      • Prevenir distracciones a través de acuerdos (contigo mismo, con otras personas e incluso pactos monetarios cuyas consecuencias querrás evitar a toda costa).
 
Para concluir queremos enfatizar el manejo emocional como una herramienta valiosísima para nuestras vidas pues influye no solo en el manejo de los distractores sino en un amplio espectro de situaciones personales y de personas externas. Consideramos que detallar las técnicas y herramientas que el libro menciona en esa sección era fundamental. El uso de estas puede extrapolarse a un sinfín de procesos internos que nos lleven a un mejor manejo emocional y por lo tanto a convertirnos en las personas que verdaderamente buscamos ser.
 
En Fundación Amauni A.C., sabemos que la Responsabilidad Social también involucra el bienestar personal pues a partir de ahí se gestan los cambios que tanto queremos ver en la sociedad.
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